El murcielago.
En un bello amanecer, una blanca paloma volaba...
De repente, algo apareció y... ¡chocó! con... un diablo:
alas puntiagudas, oscuro, dientes largos... peludo.
(Salió al paso una rama, deteniendo la andanada).
-¿Quién eres...?- le preguntó sobresaltada.
-Soy el que soy- le dijo el murciélago.
-Y ¿quién eres tú, bella dama...?-
Pero la paloma... ya había volado.
Ciego el ratón volador, radar en ristre,
sigue a la torcaz, la alcanza y... la embiste.
La paloma lo mira con asco, y le dice:
-¡Alocado! ¿es que no me viste?-
-¡Oh, te dignaste! ¿por qué no respondiste?-
-Es que... tienes un aspecto... me asustaste-.
Circunspecto la escucha y piensa: ¡qué despiste!
-No lo sé, nunca me he visto...- dijo, apenado y triste.
-Dímelo tú ¿cómo soy?- dijo, temblándole la voz.
La paloma llenóse de conmiseración
y, como en un susurro, le respondió:
-Eres el ser más bello de la creación-.
-Y tú ¿cómo eres? Tienes una linda voz
y mi radar detecta la suavidad de tu plumaje-.
La paloma le miró y, con desaliento, le dijo:
-Hasta ayer yo era el ser más bello de la creación-.
En este bello amanecer, todo está dispuesto...
la calma, el renacer... de todo lo viejo.
No somos el resumen de aquello que no somos.
Somos el Todo de lo que somos.
De repente, algo apareció y... ¡chocó! con... un diablo:
alas puntiagudas, oscuro, dientes largos... peludo.
(Salió al paso una rama, deteniendo la andanada).
-¿Quién eres...?- le preguntó sobresaltada.
-Soy el que soy- le dijo el murciélago.
-Y ¿quién eres tú, bella dama...?-
Pero la paloma... ya había volado.
Ciego el ratón volador, radar en ristre,
sigue a la torcaz, la alcanza y... la embiste.
La paloma lo mira con asco, y le dice:
-¡Alocado! ¿es que no me viste?-
-¡Oh, te dignaste! ¿por qué no respondiste?-
-Es que... tienes un aspecto... me asustaste-.
Circunspecto la escucha y piensa: ¡qué despiste!
-No lo sé, nunca me he visto...- dijo, apenado y triste.
-Dímelo tú ¿cómo soy?- dijo, temblándole la voz.
La paloma llenóse de conmiseración
y, como en un susurro, le respondió:
-Eres el ser más bello de la creación-.
-Y tú ¿cómo eres? Tienes una linda voz
y mi radar detecta la suavidad de tu plumaje-.
La paloma le miró y, con desaliento, le dijo:
-Hasta ayer yo era el ser más bello de la creación-.
En este bello amanecer, todo está dispuesto...
la calma, el renacer... de todo lo viejo.
No somos el resumen de aquello que no somos.
Somos el Todo de lo que somos.